Una breve historia del peso chileno

Desde la época prehispánica, el trueque era la forma común de intercambio de bienes en Chile. Los antiguos habitantes del territorio intercambiaban productos como maíz, lana, sal y plumas de cóndor por otros bienes que necesitaban. Con la llegada de los españoles, se introdujo el uso de monedas de oro y plata, lo que permitió el comercio con Europa y otros lugares del mundo. A pesar de esto, el trueque continuó siendo una forma común de intercambio en las zonas rurales del país durante muchos años.

Tras la independencia de Chile en 1817, se estableció oficialmente el peso chileno como la moneda del país. El primer papel moneda fue emitido en 1840, y desde entonces el peso ha sido la moneda de curso legal en Chile. Durante su historia, el peso chileno ha experimentado fluctuaciones en su valor debido a factores internos y externos, como la inflación, las crisis económicas y las fluctuaciones en los precios del cobre, uno de los principales productos de exportación de Chile.

En la actualidad, el peso chileno es una moneda fuerte y estable que es aceptada en todo el país para realizar transacciones comerciales y financieras. Además, el Banco Central de Chile es el encargado de regular la oferta monetaria del país y mantener la estabilidad del valor del peso frente a otras monedas extranjeras. En resumen, la historia del dinero en Chile refleja la evolución de la economía del país y su relación con el mundo exterior a lo largo de los siglos.

Contexto histórico

Durante el siglo XIX, el peso chileno tuvo fluctuaciones significativas debido a las guerras y crisis económicas en el país. Es interesante destacar que estos eventos tuvieron un impacto directo en la economía nacional, generando un desequilibrio en el valor de la moneda nacional. En el siglo XX, la inflación se convirtió en un problema importante para la economía chilena, lo que llevó a la creación del Banco Central de Chile en 1925. El objetivo principal de esta institución fue controlar la inflación y estabilizar el valor del peso, lo que permitió que la economía chilena experimentara un crecimiento sostenido a lo largo del tiempo.

El Banco Central de Chile ha logrado mantener la estabilidad económica del país a través de diversas políticas monetarias y fiscales. Por ejemplo, ha implementado políticas para reducir la tasa de interés y aumentar la oferta de dinero, lo que ha ayudado a estimular el crecimiento económico. Además, ha trabajado en estrecha colaboración con el gobierno chileno para establecer políticas fiscales sólidas que fomenten el desarrollo económico y reduzcan la pobreza.

Otra medida importante que ha tomado el Banco Central de Chile para mantener la estabilidad económica del país ha sido la creación de un fondo de reserva. Este fondo ayuda a proteger la economía chilena de choques externos, como las fluctuaciones en los precios del petróleo o la caída de los precios de los productos básicos. Al mantener una reserva de divisas extranjeras, el Banco Central de Chile puede intervenir en el mercado de divisas para estabilizar el valor del peso chileno.

En resumen, el Banco Central de Chile ha sido fundamental para garantizar la estabilidad económica del país. A través de una variedad de políticas y medidas, ha logrado mantener una tasa de inflación baja y estable, fomentar el crecimiento económico y proteger la economía chilena de choques externos.

Origen del nombre

El nombre “peso” se deriva de la palabra española “pesar”. La historia del peso chileno se remonta al siglo XIX, cuando Chile se encontraba en una situación económica complicada. En ese entonces, la moneda oficial era el real, pero su valor seguía disminuyendo constantemente. En un intento de estabilizar la economía, el gobierno decidió implementar una nueva moneda y eligió el peso como su nombre. Originalmente, el peso chileno estaba respaldado por la plata, por lo que su valor se basaba en su peso en el metal precioso. Con el tiempo, el respaldo en plata fue reemplazado por el respaldo en oro y posteriormente por el sistema de libre flotación, que es el sistema actual que rige el valor del peso chileno en los mercados internacionales. Cabe destacar que el peso chileno es una moneda fuerte y estable en la actualidad, lo que refleja la solidez de la economía chilena.

Tipos de monedas y billetes

Actualmente, las denominaciones de monedas en circulación en Chile son seis: 1, 5, 10, 50, 100 y 500 pesos. Estas monedas son una parte importante de la cultura chilena y están diseñadas cuidadosamente para que sean fáciles de usar por la población en general. Las monedas de 1, 5 y 10 pesos, que son las más pequeñas, están hechas de cobre y tienen un valor simbólico. Las monedas de 50, 100 y 500 pesos, que son las más grandes, están hechas de aleación de cobre y níquel, lo que les da un aspecto distintivo. Además, estas monedas tienen diseños únicos que reflejan la historia y la cultura de Chile. Al mismo tiempo, existen cinco tipos de billetes en circulación, los cuales son: 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 pesos. Estos billetes son utilizados para varias transacciones, ya sea para compras diarias en tiendas locales o para pagar servicios públicos. Cabe destacar que, dependiendo de la denominación, se utilizan diferentes materiales para su fabricación con el fin de garantizar una mayor durabilidad y resistencia ante el uso cotidiano. De esta manera, los billetes de menor denominación se fabrican en papel, mientras que los de mayor denominación se fabrican en polímero, lo que permite que sean más resistentes y duraderos a lo largo del tiempo. En resumen, estos billetes son una forma segura y confiable de realizar transacciones comerciales y financieras en el país, y su uso está ampliamente extendido en la sociedad.

Cantidad de pesos chilenos en circulación

Según el Banco Central de Chile, en 2021 había aproximadamente 45.000 millones de pesos chilenos en circulación en la economía del país. Esta cantidad de dinero en circulación en una economía es una medida importante de la liquidez y el poder adquisitivo de la población, ya que a mayor cantidad de dinero en circulación, mayor será la disponibilidad de recursos para la población y, por lo tanto, mayor será la capacidad de compra. Además, es importante tener en cuenta que la cantidad de dinero en circulación puede afectar la inflación de un país, ya que si hay demasiado dinero en circulación, los precios pueden aumentar debido a la mayor demanda de bienes y servicios. Por lo tanto, es fundamental que el Banco Central de Chile monitoree constantemente la cantidad de dinero en circulación y tome medidas para mantenerla en niveles óptimos que impulsen el crecimiento económico y mantengan la estabilidad financiera del país.

Otros temas relevantes

Un tema de gran relevancia en la economía chilena es la tasa de cambio del peso chileno en relación con otras monedas. La tasa de cambio es un indicador clave que representa el valor de una moneda en comparación con otra. En el caso de Chile, la tasa de cambio del peso chileno se ve influenciada por diversos factores, tales como la inflación, el comercio internacional y la política monetaria del Banco Central de Chile.

Por ejemplo, la inflación es un factor que puede afectar la tasa de cambio del peso chileno. Si la inflación en Chile es alta en comparación con otros países, entonces el valor del peso chileno puede disminuir en relación con otras monedas. Por otro lado, si la inflación en Chile es baja, entonces es posible que el valor del peso chileno se fortalezca.

Otro factor que influye en la tasa de cambio del peso chileno es el comercio internacional. La exportación de bienes y servicios desde Chile puede aumentar la demanda de pesos chilenos, lo que puede llevar a un aumento en su valor en el mercado de divisas. Por el contrario, una disminución en las exportaciones podría tener un efecto contrario.

Finalmente, la política monetaria del Banco Central de Chile también puede afectar la tasa de cambio del peso chileno. El Banco Central puede tomar medidas, como ajustar las tasas de interés, para influir en la oferta y la demanda de pesos chilenos en el mercado de divisas.

En resumen, el peso chileno ha sido la moneda oficial de Chile desde la independencia del país en 1817. A lo largo de su historia, ha experimentado fluctuaciones significativas en su valor debido a factores internos y externos. Actualmente, existen varias denominaciones de monedas y billetes en circulación en Chile, y la cantidad de pesos en circulación es un indicador importante de la salud económica del país.

Educación financiera para niños: los 7 tips que debemos enseñarle a nuestros hijos

Como padre de dos niños (de 7 y 5 años) uno siente la necesidad de poder prepararlos para el futuro. Una de las lecciones más potentes que puedo enseñarles como padre es que aprendan a manejar desde pequeños todo lo relacionado con el dinero. Conozco amigos que siempre han luchado para poder conseguir más dinero, administrarlo y gastarlo de manera responsable y finalmente, es algo que siempre es mejor desarrollar al momento de la formación de la mayoría de nuestros hábitos (antes de los 7 años).

En la Fundación para la Educación Financiera de Chile buscamos ayudar a todas las personas que están buscando una forma de aprender más sobre el tema, por lo que esperamos que este artículo ayude a despejar las dudas que tienen y por sobre todo, generar un plan de acción que les permita mejorar el futuro financiero de sus hijos.

Lo que dice la teoría

¿Cuándo deberías hablar con tus hijos sobre el dinero?

Si bien es difícil enseñarle sobre el valor del tiempo del dinero a tu hijo cuando sus conocimientos en matemática son todavía muy limitados, siempre es bueno partir antes con algunos conceptos básicos sobre educación financiera y así ir ganando tiempo. Lo más relevante es que tus hijos puedan tener algunos hábitos ya formados sobre el dinero, el valor y el precio de las cosas, justo cuando se están comenzando a formar algunos hábitos relevantes para el resto de su vida. Según un estudio de Cambridge realizado el año 2013, los hábitos financieros de los niños se fijan hasta los 7 años de edad. Luego de leer esto, como todo padre con un alto nivel de neurosis con respecto a lo que respecta a mis hijos quedé muy preocupado ¿Quiere decir que si no le enseño a mi hija mayor ahora mismo todo lo relacionado al dinero, ya no podrá formar ese hábito? Afortunadamente no. Lo que sí es importante es que sepan que el dinero no crece de los árboles (¿clásico no?) y que este puede ser utilizado para intercambiar bienes y servicios. Lo otro relevante es que puedan comenzar a planificar para comprar algo a futuro, y que una de las principales acciones que podemos hacer como padres es enseñarles algunos de los cuatro pilares de la educación financiera para los niños (que veremos en detalle más adelante).

Adicionalmente, noticias desde Canadá nos muestran que ya se está comenzando a enseñar sobre educación financiera en las escuelas desde el primer año de escolaridad. En EE.UU. el Consumer Financial Protection Bureau cuenta con guías detalladas sobre qué debemos enseñarle a los niños desde edades tan tempranas, partiendo desde los 3 años en adelante. En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra incluso recomienda formas más lúdicas para enseñar sobre finanzas a los niños. Como pueden ver, los países más avanzados están en medio de un esfuerzo coordinado para mejorar la educación financiera de los niños, y más aún, están comenzando lo antes posible para poder afectar de mayor manera a nuestros hijos.

El principal corolario de todos los estudios que hemos revisado sobre el tema es que siempre es tiempo para comenzar. Mientras antes lo hagamos mejor. Nunca es muy temprano para hablarle a los hijos sobre cómo funciona el sistema financiero, siempre desde lo más simple y lo más tangible hacia lo más abstracto, a medida que vaya conociendo más y más.

Más difícil que antes en un mundo digital

Una de las dificultades con las que nos encontramos actualmente es el mayor uso de medios digitales para la compra de bienes y servicios. Años atrás, nos enseñaban que pasando un billete o una moneda, teníamos a cambio un bien o un servicio que era valioso para nosotros. Era simple: entrego una moneda, me dan algo a cambio. Hoy, con la irrupción del dinero digital y las tarjetas de crédito / débito, es cada vez más extraño realizar ese intercambio. Ya no hay un intercambio físico entre el comprador y el vendedor. Es sólo una máquina la que te impide comprar lo que quieras y eso hace que gastes más y que la probabilidad de que acumules más deuda aumente. Si a adultos ya formados les genera un impacto relevante en sus hábitos de consumo y gasto, imagina lo que le puede causar a un niño de 5 años, quien no experimenta nunca el “dolor de pagar con billetes y monedas”, por lo que es más probable que le cueste generar un sano hábito de gasto.

Lo que podemos hacer como padres

Como padres preocupados podemos hacer muchas cosas para mejorar los hábitos financieros de nuestros hijos. En esta sección, no queremos dar un plan detallado dependiendo de la edad, porque creemos que el desarrollo de los niños presenta una gran variabilidad, pero si entendemos que hay ciertas habilidades que es mejor aprender antes que después, y por ende, les queremos entregar los mejores tips para ir desarrollando con tus hijos a medida que te des cuenta que ellos pueden ir aprendiendo y comprendiendo de a poco estos conceptos. No olvides que mientras antes desarrollen estos conceptos, mejor para ellos.

Tips para ir desarrollando con tus hijos

Necesitas dinero para comprar cosas

Es importante que tu hijo se dé cuenta que el dinero es necesario para poder comprar bienes y servicios. Mientras antes note este concepto, mejor. Las cosas que compran los padres a través de su celular o con la tarjeta de crédito, tienen un costo monetario asociado. No es simple entender este concepto sin tener una tarjeta de crédito o débito personal, pero lo que podemos hacer para generar este entendimiento es que ellos vean dos cosas: el momento de la transacción y el momento del pago mensual (en caso de utilizar tarjetas de crédito). Con el primero están mostrándole a sus hijos que las cosas que compran tienen un precio y que ese precio debe poder ser cubierto con el dinero que tenemos en la cuenta asociada a esa tarjeta. La segunda opción es un poco más abstracta pero sirve cuando los niños ya son un poco mayores o cuando ya están más acostumbrados al concepto de dinero. Consiste en pagar en presencia de ellos el pago facturado de la tarjeta y comentarles: “en la cuenta corriente de los padres tenemos $100.000 y el cargo a la tarjeta asociado a todas las cosas que compramos es $50.000 por lo tanto podemos pagarlo”. La última opción es que aumentemos el gasto en efectivo cuando estemos en presencia de ellos. Eso es lo más simple de hacer y que ellos entiendan el concepto. Lo óptimo es que ellos paguen el bien o servicio que estamos adquiriendo al frente de ellos.

Que entiendan que el dinero viene del trabajo

Uno de los conceptos más relevantes que tienen que ir aprendiendo desde pequeños tiene que ver con que hagan la relación entre el fruto del trabajo con la recompensa que puede tener en términos monetarios. Por algo tenemos el clásico “el dinero no viene de los árboles” (una demostración más que la sabiduría popular es más que nada sabiduría sin apellido). A medida que van creciendo, los niños tienen que entender que el dinero que permite comprar cosas y satisfacer necesidades en la familia proviene del trabajo que los adultos están haciendo cada día que van a la oficina o por medio de la empresa en la que están formando. Esta relación se puede enseñar tan pronto como creas conveniente con tus hijos, pero normalmente a los 5 años ya pueden comprender ese tradeoff entre algo costoso (el trabajo) con una recompensa. El entender bien este concepto tiene implicancias más profundas que sólo las destinadas al manejo del dinero, y eso es algo que me imagino que cualquier padre quiere fomentar con sus hijos.

Que hay una diferencia entre las cosas que queremos y las cosas que necesitamos

Una vez que ya entiendan estos dos conceptos anteriores, es posible pasar a diferenciar entre la necesidad de querer bienes o servicios junto a demandar bienes o servicios que necesitamos para tener una buena calidad de vida. Este concepto de querer versus necesitar es algo que deben ir desarrollando para poder después manejar un presupuesto. Si no lo internalizan, al momento en que no tengan una restricción presupuestaria muy importante (por ejemplo, con su primera tarjeta de crédito, donde además no deben desembolsar dinero en el acto de comprar) puede tener efectos devastadores (y no estoy exagerando) en su calidad de vida futura.

¿Cómo podemos desarrollar este manejo entre estos dos conceptos? Hay varias maneras, pero las que más hemos utilizado como padres con los nuestros (de 7 y 5 años) son dos: llevarlos a comprar con un presupuesto en mente y enseñándoles con nuestro ejemplo. Con respecto al primero, es el más simple. Cada vez que vayan a comprar con ellos, muéstrenle dos opciones de compra: algo que sea una necesidad (agua, comida, ropa… lo que sea que en ese contexto sea una necesidad) y algo que sea muy bueno para tener pero que no sea una necesidad bajo ese contexto. Sirve mucho ocupar dos productos distintos en categorías similares. Por ejemplo: en el supermercado, vayan a la sección de aguas y bebidas y muestren las dos opciones entre una botella con agua común y una bebida. Las dos sirven el mismo propósito pero una de ellas es más necesaria que la otra. Ojo! Esto no quiere decir que sólo compren el agua y no la bebida, pero para este ejemplo, una de ellas es necesaria mientras la otra es “un lujo”. Con respecto al segundo punto, cada vez que puedan y se vean enfrentados al mismo tradeoff con sus hijos en el supermercado o en cualquier otra ocasión, comenten en voz alta la diferencia entre algo que necesitan y algo que les gustaría tener pero que eligen postergar su consumo, dado que no es necesario en ese momento. Que sus hijos tengan clara esa diferencia les va a permitir manejar un presupuesto, luego de adquirir los hábitos saludables de educación financiera que tenemos que ir desarrollando en la siguiente sección.

Desarrollar hábitos: Ganar, ahorrar, invertir, gastar y donar dinero

Los grandes hábitos que están aquí desarrollados son los que más exposición tienen al momento de enseñarle a los niños. Instituciones financieras grandes en EE.UU., como Prudential, han desarrollado programas de enseñanza para niños entre 7 a 12 años (Cha-Ching) y entidades gubernamentales también han hecho lo posible para enseñar esos mismos hábitos (Washington Department of Financial Institutions). Productos comerciales (ver en Amazon) tratan de explorar los mismos cuatro conceptos. En el fondo, si tus hijos aprenden estos hábitos mientras son más pequeños, más fácil será para ellos llevar adelante una vida financiera más tranquila.

  • El concepto de ganar dinero es algo que ya deben ir desarrollando con los tips anteriores. El hecho de que ya comprendan que el trabajo o una empresa propia es lo que genera dinero y que el dinero no proviene de los árboles, es algo que deben ir conociendo conforme van creciendo.
  • Para que manejen el concepto de ahorrar dinero, lo mejor es que sea algo visual, que vean cómo va creciendo la cantidad de dinero que van ahorrando. Es por esto que los productos que tratan de incentivar estos comportamientos normalmente son trasparentes. En caso de que sean digitales, el componente gráfico es muy relevante (ya detallaremos el ejemplo de una app en U.K. llamada GoHenry)
  • Para el hábito de invertir es más que necesario que tengan un poco más de comprensión de cómo funcionan los mercados financieros, y eso normalmente se genera en edades un poco más maduras. Lo relevante es que puedan entender que todo lo que pueden invertir puede ir hacia arriba o hacia abajo en valor y por lo tanto hay un riesgo. Esto no quita el hecho de que ustedes como padres pueden utilizar instrumentos financieros para comenzar a ahorrar en nombre de sus hijos, utilizando el tiempo a su favor, que en 20 – 25 años más puede ser un activo financiero relevante para sus niños. Lo importante es que sus hijos aprendan que el dinero puede ir generando rentabilidades con el tiempo y que eso puede ser positivo o negativo y que van a ir invirtiendo en mercados financieros conforme vayan creciendo.
  • Para el concepto de gastar dinero, lo que queremos es que vayan identificando cosas que necesitan versus cosas que quieren, y eso (si han ido leyendo desde el inicio al fin de este post) es algo que ojalá puedan ir desarrollando con anterioridad.
  • Finalmente, el hecho que puedan donar dinero es algo que les ayuda a entender el impacto que pueden generar con el dinero que manejan. No todo en la vida puede ser acumular, sino que hay una parte de esa recompensa por el esfuerzo hecho que puede ir a ayudar a gente que lo necesita más, y que por diversas razones, se puede beneficiar por la donación directa de sus hijos. En Chile hay muchas oportunidades para que nuestros hijos puedan ver el efecto directo de la donación.

Manejar un presupuesto

Con todos estos conocimientos, y a medida que tus hijos van creciendo, se hace más imperante la necesidad de aprender a manejar un presupuesto. Si han ido aprendiendo los hábitos antes mencionados, al momento de manejar una restricción presupuestaria, van a poder diferenciar las cosas que realmente necesitan versus lo que les gustaría tener y así podrán ceñirse a un presupuesto. La edad indicada, como todo lo que hemos ido comentando en este artículo, depende mucho de la madurez de tus hijos, pero normalmente se genera una “mesada” y con eso se compran bienes y servicios con esa restricción cerca de los 8 ó 10 años, que es cuando ya pueden conceptualizar de mejor manera números y precios. Otra forma de ejercitar este hábito es el de entregarles, aún cuando son pequeños, un billete para que compren algo y que ese billete sea el presupuesto que tienen para comprar. Con eso, ya pueden manejar un presupuesto en un plazo corto (una tarde, por ejemplo), pero que les va a servir como ejemplo cuando luego tengan que matear un presupuesto semanal o mensual.

Mentalidad emprendedora para que puedan aumentar sus ingresos

Otro hábito que los niños deben desarrollar cuando ya están entrando en el rango de 8 a 10 años (aunque como siempre, mientras antes mejor) es el desarrollo de la mentalidad emprendedora para aumentar sus ingresos. En los tiempos en los cuáles las carreras profesionales son cada vez más complicadas en términos de estabilidad en el trabajo, y donde se experimentan cada vez más cambios respecto al potencial campo laboral, siempre es bueno que tus hijos puedan desde ya desarrollar la mentalidad de que para poder generar más ingresos se puede crear un modelo de negocios escalable, que solucione problemas que el mercado está dispuesto a pagar por solucionar y que para hacerlo se necesita una idea y una implementación. Como todos estos últimos conceptos, mientras antes se haga mucho mejor, pero también es importante que los niños entiendan conceptos un poco más abstractos que los que han ido desarrollando anteriormente. Partir de a poco siempre es la mejor manera de lograr el objetivo: cortar el pasto de los vecinos o instalar un puesto de helados en el barrio son siempre las mejores opciones para que entiendan el concepto de trabajo independiente, de precios de venta, márgenes, publicidad, etc.

Desarrollar ciberseguridad

Finalmente, dadas las condiciones de mercado actuales y que el dinero circulante va a seguir bajando términos de demanda, siempre es importante que nuestros hijos desarrollen el concepto de ciberseguridad. Cercanos a los 12 – 15 años van a poder tener acceso a instituciones financieras que permitirán abrir una cuenta vista a nombre de ellos. Al mismo tiempo, muchos ya van a tener acceso a smartphones o tablets con los que podrán tener internet. Es extremadamente importante que además de manejar el tiempo que pasan frente a una pantalla, como padres podamos enseñarles el valor de la seguridad en internet. Cuando comiencen a trabajar van a tener acceso a una tarjeta de crédito y a una cuenta corriente con lo cual podrán comprar lo que necesiten por internet. Deben aprender, por lo tanto, el valor de manejar sus contraseñas de manera segura, de no comprar en sitios que no sean confiables y de no compartir nunca los datos personales ni de sus activos financieros con el resto de las personas. Mientras antes entiendan ese concepto, mejor.

Las pocas opciones en el mercado latinoamericano

Hay pocas opciones en el mercado latinoamericano para poder enseñar hábitos financieros a nuestros hijos. En Reino Unido existe GoHenry, que es una app que enseña educación financiera a niños desde los 6 años hasta los 18 y que permite, entre otras cosas, entregar una tarjeta de débito a tus hijos con la cual podrán realizar compras en tiendas físicas y online, recibiendo una mesada de manera automática o cuando realicen actividades pagadas (“chores“), fijar límites de gastos desde una cuenta de padres y ayudarlos a ahorrar, invertir, ganar y gastar su dinero de manera responsable. En Latinoamérica, pudimos encontrar un ejemplo de una startup que está tratando de solucionar el mismo problema: Mozper en México, con un modelo muy similar a GoHenry pero sin edad mínima para comenzar.

Como pueden ver, en el mundo están apareciendo varias opciones para poder enseñar estos conceptos con nuestros hijos, pero lo más importante (más allá de las herramientas que piensen en utilizar) es que comiencen desde antes a desarrollar estas habilidades que luego serán tan importantes en la vida cotidiana de sus niños. Lo relevante es que adquieran los hábitos que les permitirán ser exitosos en el manejo del dinero.

Test de Educación Financiera

En este artículo queremos dejar disponible en español el test de educación financiera más común (“The Big Three and The Big Five Questions“) creado por la profesora Olivia Mitchell (The Wharton School) y Annamaria Lusardi (GSWB) para que puedas testear tus conocimientos en el área. Conforme vayamos obteniendo más resultados, iremos agregando la información para que puedas saber como vamos avanzando respecto a esta tan importante variable.

Bienvenido a tu Test de Educación Financiera.

Contesta estas preguntas de la mejor manera posible.

Suponga que tiene $ 100 en una cuenta de ahorros y la tasa de interés es del 2% anual. Después de 5 años, ¿cuánto cree que tendría en la cuenta si dejara crecer el dinero? "

Imagine que la tasa de interés de su cuenta de ahorros fuera del 1% anual y la inflación del 2% anual. Después de 1 año, ¿cuánto podría comprar con el dinero de esta cuenta?

Si las tasas de intereses suben, ¿que pasa normalmente con los precios de los bonos?

Un crédito hipotecario (o hipoteca) a 15 años normalmente requiere pagos mensuales más altos que una hipoteca a 30 años, pero el interés total pagado durante la vigencia del préstamo será menor (todo lo demás constante)

Comprar la acción de una sola compañía normalmente me entrega un retorno a la inversión menos riesgoso que invertir en un fondo mutuo