AHORRO: ¿Qué alternativas te ofrece el sistema financiero?

Al tener un poco de experiencia en mercados financieros, siempre los amigos y familiares, cuando entienden un poco en que es en lo que trabajas, te llegan preguntando…”oye tengo una platita, que me recomiendas para invertir?”, luego de una inspiración larga, me preparo a responder lo que estamos acostumbrados a decir siempre, que es, depende.


Este post quiero explicar el porqué quienes trabajamos en finanzas siempre respondemos depende, además de explicar la famosa palabra riesgo, la que repetiremos mucho a lo largo de estos post.

Primero que todo, ¿qué es el ahorro y qué es la inversión?

En cuanto a cómo obtuvimos los recursos para comenzar, es lo mismo: apartamos un poco de lo que ganamos mes a mes y lo dejamos en un chanchito (desde el chanchito bajo el colchón al chanchito acciones). Es decir, ahorrar es en un principio lo mismo que invertir. Pero si vamos a  una definición más precisa podemos darnos cuenta de que el tiempo y el riesgo hacen que la inversión y el ahorro sean distintos en la forma y en el fondo.

Mientras que en el ahorro se guarda dinero para disponer de él en el futuro (cercano o lejano), en la inversión se “cede” o se  “presta” el dinero a alguien más, con el objetivo de obtener una ganancia extra (rentabilidad). En otras palabras, cuando inviertes “renuncias” a tu dinero por un tiempo. Dos palabras que tenemos que destacar es guardar y renunciar.


Cuando guardamos sabemos que sí o sí va a estar en el futuro, pero si renunciamos asumimos que existe un riesgo de que no nos paguen. Por esto, si estamos dispuesto a asumir el riesgo, le cobramos algo, eso que llamamos interés, a quien le prestamos la plata (mayor rentabilidad): Si la persona nos devuelve la plata, nos pagará además más los intereses.

Por lo tanto, la primera pregunta que nos tenemos que hacer, al preguntarnos qué hacer con esta platita, es ¿estás dispuesto a asumir el riesgo de perder algo de esa platita a cambio de una mayor rentabilidad? 

En esta columna me referiré principalmente al ahorro, para hablar de la inversión en otra oportunidad.

El ahorro


Si la respuesta a la pregunta anterior es NO, veamos cuales son los instrumentos para ahorrar, o sea, que te guarden la plata y “seguro” que la recuperas en un 100%. (pongo seguro entre comillas porque todo siempre tiene su riesgo, si tenemos billetes bajo el colchón y se quema la casa…casos extremos podrían llegar a pasar)

Para partir ahorrando, podríamos guardar el dinero que apartamos debajo del colchón. Sí, como la abuelita, o el chanchito de greda de pomaire. Pero al hacer esto los problemas son dos, existe tanto el riesgo que nos entren a robar y se lleven todo como el de que nadie me pagará nada por ese dinero, por lo debería hacer trabajar el dinero en algo, ¿no? 

Si quiero eliminar los dos problemas anteriores, el riesgo que me roben y el de que nadie me dé nada por mi dinero podemos, entonces meterlo en el banco. Acá el símil a dejarlo debajo del colchón sería dejarlo en la cuenta vista o corriente, donde me aseguran por ley que nadie robara mi dinero, pero a la vez no soy dueño de nada más que éste, por lo que solo hay dinero y no hay cambios en el valor de lo que puse (no entremos en la inflación por ahora). Si hay 100.000, 100.000 obtendré cuando los saque. 

Depósitos a plazo

Con el mismo banco donde tengo cuenta, podría hacer un depósito a plazo, donde, para llevarlo a lenguaje de inversionistas, pasaremos a comprar un depósito a plazo al banco (Si, los depósitos se compran y se venden en la bolsa de valores, pero eso no te lo dice el banco, o si???)

Al comprarlo, en este caso compras un papel, un derecho, donde el banco se compromete en el futuro a cambiarme ese papel por el equivalente en dinero (que se ha acordado previamente). En términos simples nos ponemos de acuerdo con el banco en cuanto tiempo no puedo tocar el dinero y cuanta plata me devuelve el banco al final de ese tiempo con una seguridad del 100%.

Los depósitos tienen garantía estatal por lo que si llegara a quebrar el banco, sí o sí tienes tu dinero asegurado. ¿Suena bien no? Platita segura, con rentabilidad garantizada hasta por el gobierno (es decir, sin riesgo).


El tema que tenemos que tener en claro es que al ponerle estas condiciones estrictas al banco, diciendo: ¡quiero mi dinero en X plazo y con rentabilidad asegurada!, ellos no pueden hacer mucho con éste, no pueden asegurarte de algo que podrían no lograr, no quieren asumir riesgos gratis por ti y no quieren poner en riesgo su riqueza, por lo que en este caso su negocio es darte a ti un pedazo de lo que ganan, en garantías, con estos depósitos.

Para entender qué es lo que te pagan y por qué, rápidamente te cuento que, en su mayoría, estos papeles los ocupan para las garantías que les pide el Banco Central de liquidez.

Y es que el Banco Central (encargado de decidir cuántos billetes hay en la economía- tema para otro artículo) tiene un sistema “similar” con los bancos, donde los bancos pueden prestar dinero al Central a cambio de una tasa de interés. Cuando metes un depósito a plazo, tu banco le “presta” esa plata al Banco Central bajo este esquema.

Esta tasa actualmente es muy baja: El Central les paga un 0,25% menos que la tasa de política monetaria (TPM) por estos papeles. (Lo sé, acá me puse latero y tedioso pero en simple el Banco Central siempre le presta o pide prestada plata a los bancos, con el fin de mantener estable la cantidad de dinero en la economía. La tasa a la que el Banco Central “recompensa” los préstamos de los bancos comerciales puede moverse al rededor de la llamada Tasa de Política Monetaria, que es como la referencia que usa el Banco Central).

Actualmente la TPM es 0,50% anual, o sea resumiendo todo esto; si un banco pone plata en el Banco Central, digamos 1 millón, el central les paga  0.25% bajo la TPM, o sea 2500 pesos por 1 millón… 

Y después de esto a ti te tienen que compartir un pedazo de eso, porque tu banco no te regala el servicio , o sea, la verdad no te va a dar casi nada y tendrás tu dinero inmovilizado por lo que dure el contrato, pero al menos seguro y garantizado.

Pero, ¿por qué tan bajo?

Actualmente el Central quiere que se gaste plata, que los bancos presten más y que se ahorre menos (pues, mientras más se gasta, más se reactiva la economía; por eso ahora está barato endeudarse … pero eso es para otro post).

Recuerdo cuando comencé a trabajar en el mundo financiero hace ya más de 10 años, que los depósitos a plazo eran más rentables que ahora. En esa época, el fusionado Corpbanca ofrecía 7,25% anual en sus depósitos a plazo, o sea en 1 año por 1 millón que ahorraras te devolvieron al finalizar el contrato 70.250 pesos más tu millón, no suena tan mal, no? (esto fue más rentable que lo que el Banco Central les prestaba (TPM), puesto que Corpbanca tener mas dinero acumulado y por lo tanto estaba dispuesto a pagar un poco más por esto).

Ahorro Previsional Voluntario (APV)

El ahorro más común que escuchamos es para la vejez, es por eso que nacen las AFP: porque quiero ahorrar para que cuando no trabaje, o no pueda trabajar, tenga algo de dinero con lo cual vivir. Ahora, si quiero guardar más de lo que me permite la ley, pues quiero tener más dinero cuando sea viejo, puedo “meter la plata a un APV” (Ahorro Previsional Voluntario), que, como su nombre lo indica, es un ahorro voluntario para aumentar la pensión.

Aca el rendimiento esperado es muuuuucho más alto que un depósito a plazo, pero no es garantizado el retorno (hay algo de riesgo en la inversión, al contrario de lo que pasa con el depósito a plazo). Pero no solo esto: el retorno es también más alto porque 1) Mi dinero está invertido de una forma óptima (un equipo de inversiones determinó cuál es la mejor forma de invertir esa plata a cambio de una comisión), y 2) sólo la puedo sacar (en teoría) cuando me jubile, lo que asegura que quien esté a cargo de administrar los APV- van a tener mucho tiempo para usarla en inversiones que puedan traer rentabilidad a los fondos. 

Las entidades que ofrecen este servicio, AFP y compañías de seguros, invierten como si fueran los 5 multifondos, los cuales van desde más riesgosos (Fondo A)  a menos riesgosos (Fondo E) y acá depende de qué tan cerca estés de tu jubilación, mientras más cerca menos riesgo debes correr porque tienes menos tiempo de recuperar alguna pérdida. Entonces ¿Por qué el ahorro para la pensión  es considerado un ahorro y no una inversión?, porque es de muy largo plazo y es poco probable, como mencionamos al principio que renuncie a mi dinero, y si llego a perder es por un lapso corto de tiempo y se podría recuperar en el futuro cuando me jubile.

Seguros con ahorro

Otro tipo de ahorro que constantemente escuchamos es el de los “seguros con ahorro”, acá te venden un seguro de vida, de salud, o de lo que sea, y, sobre la cuota que pagas mensualmente añaden un poquito que supuestamente “no notas”, con las cuales estás ahorrando. Este ahorro, al igual que la plataforma de la APV, se pone en ahorros de largo plazo, por lo que pasaría a categorizarse como “ahorro” y no inversión.

Esto es recomendable para la gente que sí o sí quiere un seguro y que está dispuesta a pagar un poco más para que este seguro sea mejor, porque como ahorro propiamente tal es muy caro, porque pagas doble comisión; la del seguro y la de la inversión asociada al ahorro.

Además el ahorro es pensado en largo plazo, pues son generalmente seguros de vida y, por ende, no es tan fácil retirar el dinero pronto. Digamos que en plazos menores de 3 años desde que comenzaste con el contrato, no es mucho más conveniente que un depósito a plazo (por todos los gastos asociados que recién describí).

Y la inversión…?

Si ya no queremos tener el dinero inmovilizado, o bien, queremos tener la posibilidad de retirarlo cuando queramos y además queremos asumir que lo que ahorremos pueda disminuir, o sea queremos tomar riesgos: ¿qué podemos comprar?

Acá aparecen muchas alternativas, y las que generalmente están más disponibles en el sistema financiero son “meter la plata en un Fondo mutuo”, “comprar acciones”, “comprar criptomonedas” o ir al casino (??? esto no tiene nada de financiero, pero se parece!). En el próximo post explicaremos más sobre la inversión y dejaremos atrás un poco el ahorro, metiendo más riesgo, pero a la vez más comisión (si no nos informamos lo suficiente, podemos pagar comisiones altas que no se justifican).

Arriba nombramos las pocas alternativas de ahorro que nos da el sistema financiero. Si son pocas, es porque es imposible asegurar rentabilidad sin correr riesgo, por lo que, por favor, si alguien te ofrece una rentabilidad asegurada muy alta (siempre comparen) es muy probable que sea una estafa!

Devolución de impuestos para trabajadores independientes o a honorarios

Para los trabajadores independientes que emiten boletas de honorarios la navidad era en mayo y no en diciembre, y el gran “regalo” no esperaba a los pies de un árbol ni bajaba por la chimenea, sino que te llegaba directo a la cuenta corriente, era esa tan esperada devolución de impuestos. 

Digo “era”, porque después de muchas reformas legales lo entretenido que era meterse a la página del SII en abril (mes de la declaración de renta) para saber qué tan crujientes iban a estar las marraquetas en mayo (mes en que se recibe la devolución), se ha ido haciendo cada vez más confuso y en muchos casos hasta frustrante, donde año a año pareciera que devuelve menos plata. Mala cosa. 

Para no ponerme a hablar como idiota y que este artículo se vuelva eterno, cosa que inteligentemente me prohibieron de manera expresa, me voy a tomar algunas licencias desde lo técnico, así que la gente con TOC, supérelo porfa. 

¿Por qué te cobran el 11,5%?

Las rentas del trabajo están gravadas por el impuesto de segunda categoría. Aquí vamos a distinguir entre trabajadores dependientes, esos que tienen contrato de trabajo bajo una relación de subordinación o dependencia a un empleador, y que pagan sus impuestos a través de la retención que hace el empleador mes a mes en las liquidaciones de sueldo. Básicamente ni se enteran cuando van pagando los impuestos; y aquellos trabajadores independientes, de profesiones liberales o a honorarios “que les dicen”, que no responden a un jefe, que no tiene contrato de trabajo sino contrato de servicios, que emiten sus boletas de honorarios, y que pagan sus impuestos a través de la retención que se aplica a cada una de las boletas que emiten (en los casos que no aplica la retención, es el propio trabajador independiente quien debe declarar y pagar el anticipo de impuesto). En este caso sí que se enteran cuando pagan esa retención de impuesto, porque la cortada de cola no es menor. 

El impuesto que pagan trabajadores dependientes e independientes es el mismo, pero la cantidad de impuestos que se les retiene mes a mes a los trabajadores independientes suele ser mayor. ¿Por qué esto? ¡Hasta cuando con las injusticias¡ Ya, espera, no es tan así. 

Lo que pasa, es que el impuesto de segunda categoría se estructura en una escala progresiva que se aplica a las rentas del trabajo obtenidas en cada mes. Algo así como una escalera, donde si quedas en el primer peldaño estas exento de pagar impuestos, en el segundo peldaño ya empiezas a pagar un 4%, para el tercero un 8%, y así hasta el 40%. ¡Duro! A mayor renta, mayor es la tasa de impuestos, no hay tanta ciencia.  

El tema, es que los trabajadores dependientes, con contrato de trabajo, por lo general, suelen tener un solo trabajo, y por lo tanto una sola fuente de ingresos, por lo que así, es re fácil calcular en qué tramo del impuesto quedas, y en la liquidación de sueldo, el empleador calcula el impuesto efectivo o real que te toca pagar y no solo una estimación. Así, alguien que gane, por ejemplo 30 UTM (ingreso mensual bruto), poco más de $1.500.000, queda en el tramo del 4%, siendo su tasa efectiva de impuesto incluso cercana a la mitad de eso, al ojo, va a pagar $30.000 mensuales de impuesto (WARNING un abogado sacando cálculos: Ténganme consideración). Si este trabajador, no tiene dos pegas, u otras rentas significativas, a fin de año, sus impuestos deberían quedar pagados con esa retención de impuestos que se realizó a través de las liquidaciones de sueldo mes a mes, ya que se fue haciendo un cálculo real de los impuestos que debía y no solo una “estimación”. Por lo mismo, tampoco debería haber derecho a devolución. 

En cambio, los trabajadores independientes tienen muchos clientes -ojalá- y, por lo general, reciben sus ingresos de diversas personas o empresas. Por eso, solo se sabrá en qué tramo del impuesto quedaste al término del periodo tributario, sumando todos tus ingresos por boletas u otras rentas, monto que no vas a conocer al momento en que tengas que emitir cada una de las boletas. Por eso, para los trabajadores independientes la ley establece una retención que no está destinada a pagar el monto real o efectivo de impuestos que adeudas, sino una estimación que servirá como anticipo a cuenta del impuesto definitivo, con un porcentaje fijo que se aplica al monto bruto de cada una de las boletas emitidas. Siguiendo el ejemplo anterior, si emites una boleta de $1.500.000, debes aplicar una retención de 11,5%, es decir $172.500 como anticipo de impuestos. $30.000 v/s $172.500 no es menor la diferencia. Ya, igual busqué un monto donde esta diferencia fuera grande para que quedara clara la cosa, pero no siempre va a ser tan así. 

La retención de cada boleta se va acumulando mes a mes, y luego, al final del año, cuando ya conoces el monto real y total de los ingresos que obtuviste, se recalcula todo con los tramos de impuesto, eso que les contaba de los peldaños de la escalera, y ahora se determina el monto exacto que debes pagar. En resumen, si tu tasa efectiva de impuesto resulta menor a lo retenido en las boletas (11,5% para el año comercial 2021), tendrás derecho a una devolución de impuestos, si es al revés, tendrás que pagar, va a depender de cada caso.       

Como los trabajadores en promedio en Chile, tienen una tasa efectiva de impuestos mucho más baja que el 11,5%, resulta que durante el año, le fuimos pagando al fisco más de lo que le debíamos, y por eso en mayo nos devuelven nuestra platita. 

Ven, ahora se pueden dar cuenta que la analogía que hice al principio con el “regalo de navidad” y la devolución de impuestos está muy mal hecha, porque cuando nos devuelven impuestos, no nos están regalando nada, sino que nos están devolviendo lo que pagamos de más durante el año anterior. 

Un mal necesario

Después de esta explicación, alguien podría decir, por qué diantres tengo que pagarle al fisco más del 10% de mis ingresos cada mes, para que me lo devuelvan a final de año, si al final no los debía. Es como raro. Pero la explicación que más frecuentemente uno escucha, es que estos anticipos de impuestos son necesarios, porque aparte de Flanders, nadie disfruta pagando impuestos, por lo que si no existe un mecanismo efectivo para recaudarlos, y de forma fraccionada durante el año para que no duela tanto y tuviéramos que pagar en un solo mes todos los impuestos del año, muy poca gente los pagaría. Pa que nos vamos a hacer. 

El tema, es que el enredo no termina ahí, porque ahora, a la devolución de impuestos le agregaron otro asunto, que hizo que entender de verdad este tema sea asunto de la NASA y me alegra mucho no tener que explicarlo en este artículo. Ahora con la devolución de impuestos también se pagan cotizaciones previsionales de los trabajadores independientes.  

En algún momento los entendidos en la protección social se dieron cuenta que era necesario que los independientes cotizaran en salud, previsión, seguros laborales, y leyes especiales de enfermedades raras, y también se dieron cuanta, que los independientes, a quienes no les sobra la plata no estaban cotizando de manera voluntaria, por lo que lo hicieron algo obligatorio. 

El tema es que incluso siendo obligatorio muchos trabajadores independientes no pagaban sus cotizaciones, y ahí se les prendió la ampolleta, y se acordaron que el sistema de la retención funcionaba muy bien para anticipar el pago de los impuestos, y pensaron, porqué no usarlo también para el pago de las cotizaciones previsionales. 

Así, ahora, con cargo a la retención de las boletas no solo se deben pagar los impuestos, sino que también las cotizaciones previsionales de trabajadores independientes. Por eso, ahora, cuando vas a ver cuánto te van a devolver, te llega mucho menos. Eso que no te están devolviendo se está pagando a tu sistema de salud, a la AFP, otros seguros, etc.   

Por la misma razón, la retención de las boletas de honorarios ha ido subiendo, y seguirá subiendo hasta llegar al menos al 17%. Hay que prepararse psicológicamente.

Lo que antes era chévere, cuando nos retenían solo el 10% y nos devolvían la totalidad de la devolución de impuestos, ha ido cambiando a un sistema que redirige esos recursos para que los trabajadores independientes tengas mayor protección social. No es mi pega defender ni atacar esa política pública, pero es importante recalcar que esa parte de la devolución que ya no recibes, no se la está chupando el sistema, ni el gobierno, ni el SII, como uno suele escuchar, sino que se redistribuye al sistema de protección previsional. 

¿Qué misterios de la devolución les perturban más? ¡Los invitamos a comentar y preguntar!

¿Cómo enseñar educación financiera a los niños?

Image

Hoy en día hay muchos adultos que no saben manejar sus finanzas personales, se endeudan con tarjetas de créditos, casas comerciales o alguna institución financiera, y viven sin capacidad de ahorro. Esto puede deberse a distintas razones, pero sin duda la educación financiera juega un papel fundamental a la hora de tomar decisiones y crear hábitos como adultos. Por lo que hoy hablaremos de las bases de ésta y cómo crear hábitos en los más pequeños.

Es clave enseñarles a nuestros niños las bases de un correcto manejo de las finanzas personales, del dinero y el consumo desde pequeños y mientras antes mejor.

Solemos ver la educación financiera como algo poco comprensible para los más pequeños, pero enseñarles sobre finanzas personales no tiene por qué ser una tarea difícil ni complicada, de hecho, se puede hacer de forma entretenida. Lo importante es que entiendan desde temprana edad el por qué lo hacen y cuál es la importancia y el valor del dinero en sus vidas.

A continuación, te damos algunos tips para que puedas enseñarles a tus hijos de una manera fácil, entretenida y que entiendan, creando hábitos para que en el futuro sean adultos responsables y sabios con sus finanzas.

  • Mesada: Establece una mesada periódica para tus niños, puedes partir con una vez a la semana o una vez al mes. Esto con la finalidad de que ellos mismo sean los responsables de administrarlo y saber cómo ocuparlo. Un punto importante aquí es que como padres debemos estar presentes y darles a entender el significado de la importancia del dinero, de guardarlo o usarlo cuando lo necesiten, es decir, que hagan una buena gestión con su mesada. Esto debe ser periódico y sin condiciones ni como forma de premio, ya que la finalidad es educarlos en base a este ingreso que tendrán. El monto no tiene que ser elevado, lo importante de este ejercicio es que ellos aprendan a manejar dinero y sepan cómo usarlo.
  • Enséñales a ahorrar: Un factor importante en la educación financiera de tus niños será introducir el hábito de ahorrar. Una forma de hacer esto es estableciendo metas para algo que él o ella deseen, como un juguete. Puedes buscar herramientas creativas como una alcancía o una cuenta online que vayan revisando juntos, y cuando tu hijo llegue al monto acordado podrán comprar ese juguete. Esto le enseñará la gratificación de haberlo logrado por sí mismo y ayudará a generar el hábito de ahorrar. La idea es ir poniendo metas constantemente para que ellos mismos se den cuenta del valor del ahorro y lo que han logrado con el mismo.
  • Da el ejemplo: Una gran forma en la que aprenden los niños es imitando, por lo tanto, hazlo participes de tu día a día cuando te enfrentes a situaciones simples que involucren tus finanzas, como cuando vayan al supermercado y tengas que pagar tus compras, haz que se involucren y entiendan el proceso: cómo pagarás, de dónde sacaste el dinero que usarás para pagar, y explícales el ciclo de una manera simple para que ellos entiendan, de esta manera empezarán a ser más conscientes cuando vean las situaciones diarias en las que se utilizan las finanzas personales.
  • Aprender jugando: A los niños les encanta jugar al supermercado, a la tienda, a juegos de mesa, entre otros. Es la oportunidad perfecta para que les enseñes lo básico, como por ejemplo, cuántas monedas o fichas se necesitan para comprar algo, a sumar y restar, a devolver la cantidad precisa luego de una compra, a intercambiar dinero o la moneda de cambio del juego por productos o servicios, etc. Esto les enseñará a conectarse con la realidad y entender el proceso de una manera más entretenida.
  • Enséñales valores: No porque lo pidan significa que se los debemos de dar. Debemos enseñarles a nuestros niños el valor de la paciencia, el trabajo y el esfuerzo por las cosas que quieren. Las nuevas generaciones buscan satisfacción inmediata y no tienen en cuenta el trabajo que toman las cosas. Es importante que enseñemos a los niños que obtener lo que queremos puede tomar tiempo y trabajo por parte de nosotros. Pueden acordar metas y tareas para lo que quieren y esperar a tener ahorros o alguna fecha importante como sus cumpleaños o navidad. Esto les hará valorar más las cosas materiales y comprender el valor del dinero.
  • Consumo responsable: Enséñales que no sólo porque lo pueden comprar, significa que lo tienen que comprar. Hoy en día el consumismo es uno de los grandes problemas de la humanidad (pero eso es tema para otro artículo), vivimos en un mundo desechable donde las cosas materiales que ya no sirven se botan y se reemplazan por otras nuevas. Valorar las cosas es esencial para esto. Cuando son pequeños deben de entender la importancia de cuidar sus juguetes, su ropa, sus libros y no pensar que si alguno se estropea será inmediatamente reemplazadopor uno nuevo. El consumismo viene de casa y los padres son los responsables de educar bien a sus hijos.

Con estos simples consejos puedes hacer una gran diferencia en cuanto a la educación financiera de tus hijos, fomentando el ahorro y la administración del dinero. Recuerda que, como padres, tú más que nadie sabe la mejor manera en que ellos aprenden, entonces úsala, puedes crear juegos, situaciones y metas que los motiven y generen hábitos para su vida. Recuerda que la educación financiera parte en el hogar y jugará un rol importantísimo para ellos.

Enseñar educación financiera correctamente a nuestros hijos es nuestra tarea, debemos inculcar valores y hábitos que les permitan desenvolverse de buena manera al momento de ser adultos y podemos hacer esto de manera divertida y creativa y realmente es algo que nuestros niños valorarán el resto de sus vidas.

¿Cómo funcionan las AFP?

En Chile, hace tiempo se ha estado cuestionado muchísimo este sistema. Hay personas que opinan que hay que terminar con él, otras que opinan que no, pero que se podría mejorar de alguna forma. Estamos de acuerdo, eso sí, de que las pensiones que tenemos son demasiado bajas. En esta columna voy a tratar de explicar la parte técnica. Creo que, si logramos conocer y entender los detalles del sistema, podríamos tomar decisiones más informadas y enriquecer aún más la discusión.

En el mundo, los sistemas de pensiones tienen como objetivo entregar ingresos a las personas cuando dejan de trabajar, principalmente por vejez. Esto se puede hacer de muchas formas. El sistema chileno funciona con tres pilares: El Contributivo, el Solidario y el Voluntario.

El Pilar Contributivo u Obligatorio es el que conocemos como “El sistema de AFP” y será explicado más adelante en la columna.

El Pilar Solidario es financiado por el Estado a través de impuestos generales. Es un beneficio que no es para todas las personas, sino que está dirigido al 60% más vulnerable. Tiene dos tipos de beneficios: La Pensión Básica Solidaria (entre $158 y $169 mil pesos mensuales), para personas que no pudieron ahorrar para su vejez y el Aporte Previsional Solidario, que es un complemento para quienes ahorraron poco y tienen pensiones bajo los $500 mil pesos.

El Pilar Voluntario ofrece alternativas de ahorro con incentivos, como aporte estatal o descuentos tributarios. Una de las opciones más conocida es el APV, que significa Ahorro Previsional Voluntario. Está dirigido a quienes tienen la capacidad de ahorrar por sobre el ahorro obligatorio.

Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) son instituciones privadas, pero fiscalizadas y reguladas por el Estado. Ellas gestionan el ahorro obligatorio de quienes trabajan remuneradamente.

Aunque a las personas con contrato se les hacen varios descuentos de su sueldo, tales como Seguro de Salud, Cesantía, etc., acá nos vamos a enfocar en el descuento que se hace para las pensiones. A las personas con contrato les descuentan un 10% de su sueldo, que se va directo a la cuenta de AFP. Esta cuenta es individual y se conoce como la Cuenta Obligatoria. Aquí los ahorros se irán acumulando a medida que pasa el tiempo. Quienes hacen boletas de honorarios ahora también cotizan: Servicio de Impuestos Internos les retiene un porcentaje (que ha ido aumentando, porque la ley es nueva) y lo manda a la AFP que corresponda.

Actualmente hay 7 AFPS: Capital, Cuprum, Habitat, Modelo, ProVida, PlanVital y Uno.

¿Qué hacen con esa plata?

  • Primero, se deposita en cuentas individuales.

Las AFP cobran una comisión, que se calcula como un porcentaje del sueldo (0,69% a 1,45%), cada vez que se hace un depósito. Es súper importante saber que todas cobran comisiones distintas, unas más caras que otras.

  • Luego, la invierten con el fin de hacerla crecer en un muuuy largo plazo.

Los afiliados pueden elegir el riesgo con el que se invierten sus fondos, a través de los Multifondos: A, B, C, D y E, donde el A es el más riesgoso y el E, el más conservador (o menos riesgoso). Que sea más riesgoso significa que la plata se va a invertir en instrumentos (el nombre que se le da a los tipos de inversiones), como acciones de empresas, por ejemplo, que tienen un precio muy volátil. Ahí podrían ganar mucho o perder mucho, en poco tiempo. Un fondo conservador está invertido en instrumentos más estables, que no pierden mucho ni ganan mucho tampoco. Cuánto han ganado (o perdido) en el tiempo es lo que se llama rentabilidad y se mide como porcentaje del total del fondo. Esto también es súper importante, porque las AFP y sus multifondos tienen rentabilidades históricas distintas que, con el tiempo, pueden hacer que tu ahorro crezca mejor.

Si bien se puede elegir libremente el multifondo, esta estructura está pensada para las distintas etapas de la vida. Por ejemplo, yo, que soy joven (sub 30), puedo asumir más riesgo, total me queda mucho para jubilar y, probablemente, cualquier caída fuerte se alcanzará a recuperar. Pero mi mamá, que ya está pensando en jubilar pronto, empezó a refugiar su ahorro en fondos más estables, para no toparse con sorpresas (como una pandemia mundial). Este cambio se puede hacer súper fácil en la página web de tu AFP.

Al parecer, esta información no es tan conocida por las personas o, si es conocida, algo pasa que no mucha gente aprovecha los multifondos. Por esto, la ley estableció que, si la persona no mueve sus ahorros, existe una asignación automática de multifondos según edad.

  • Al final, cuando la persona cumple la edad legal para jubilarse por vejez, puede solicitar el pago de la pensión.

Las mujeres pueden jubilarse desde los 60 años, los hombres, desde los 65. Ahí, hay que elegir si jubilarse en la misma AFP en la que tenía sus ahorros, en otra AFP o en una compañía de seguros.

*El proceso de jubilación es un poco complejo, que podríamos ver en otra columna*

¿Y de cuánto será la jubilación?

Esa es la pregunta del millón.

En este sistema, donde cada uno ahorra para sí mismo, el monto de la jubilación no está definido y va a depender de muchas variables. Principalmente, de cuánto se logró ahorrar (y rentar), pero también influye el género de la persona y su expectativa de vida (el cálculo es distinto para mujeres y hombres), de cómo se compone su familia y de la modalidad de pensión (si se pensiona con Retiro Programado en una AFP o con Renta Vitalicia en una Compañía de Seguros).

Hay un simulador de pensión en la Superintendencia de Pensiones, que es el organismo Estatal que ve todos estos temas. Ahí, llenando algunos datos, ofrece un valor aproximado de cuánto sería tu pensión.

https://www.spensiones.cl/appsSP/simuladorPensiones/

Educación financiera para niños: los 7 tips que debemos enseñarle a nuestros hijos

Como padre de dos niños (de 7 y 5 años) uno siente la necesidad de poder prepararlos para el futuro. Una de las lecciones más potentes que puedo enseñarles como padre es que aprendan a manejar desde pequeños todo lo relacionado con el dinero. Conozco amigos que siempre han luchado para poder conseguir más dinero, administrarlo y gastarlo de manera responsable y finalmente, es algo que siempre es mejor desarrollar al momento de la formación de la mayoría de nuestros hábitos (antes de los 7 años).

En la Fundación para la Educación Financiera de Chile buscamos ayudar a todas las personas que están buscando una forma de aprender más sobre el tema, por lo que esperamos que este artículo ayude a despejar las dudas que tienen y por sobre todo, generar un plan de acción que les permita mejorar el futuro financiero de sus hijos.

Lo que dice la teoría

¿Cuándo deberías hablar con tus hijos sobre el dinero?

Si bien es difícil enseñarle sobre el valor del tiempo del dinero a tu hijo cuando sus conocimientos en matemática son todavía muy limitados, siempre es bueno partir antes con algunos conceptos básicos sobre educación financiera y así ir ganando tiempo. Lo más relevante es que tus hijos puedan tener algunos hábitos ya formados sobre el dinero, el valor y el precio de las cosas, justo cuando se están comenzando a formar algunos hábitos relevantes para el resto de su vida. Según un estudio de Cambridge realizado el año 2013, los hábitos financieros de los niños se fijan hasta los 7 años de edad. Luego de leer esto, como todo padre con un alto nivel de neurosis con respecto a lo que respecta a mis hijos quedé muy preocupado ¿Quiere decir que si no le enseño a mi hija mayor ahora mismo todo lo relacionado al dinero, ya no podrá formar ese hábito? Afortunadamente no. Lo que sí es importante es que sepan que el dinero no crece de los árboles (¿clásico no?) y que este puede ser utilizado para intercambiar bienes y servicios. Lo otro relevante es que puedan comenzar a planificar para comprar algo a futuro, y que una de las principales acciones que podemos hacer como padres es enseñarles algunos de los cuatro pilares de la educación financiera para los niños (que veremos en detalle más adelante).

Adicionalmente, noticias desde Canadá nos muestran que ya se está comenzando a enseñar sobre educación financiera en las escuelas desde el primer año de escolaridad. En EE.UU. el Consumer Financial Protection Bureau cuenta con guías detalladas sobre qué debemos enseñarle a los niños desde edades tan tempranas, partiendo desde los 3 años en adelante. En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra incluso recomienda formas más lúdicas para enseñar sobre finanzas a los niños. Como pueden ver, los países más avanzados están en medio de un esfuerzo coordinado para mejorar la educación financiera de los niños, y más aún, están comenzando lo antes posible para poder afectar de mayor manera a nuestros hijos.

El principal corolario de todos los estudios que hemos revisado sobre el tema es que siempre es tiempo para comenzar. Mientras antes lo hagamos mejor. Nunca es muy temprano para hablarle a los hijos sobre cómo funciona el sistema financiero, siempre desde lo más simple y lo más tangible hacia lo más abstracto, a medida que vaya conociendo más y más.

Más difícil que antes en un mundo digital

Una de las dificultades con las que nos encontramos actualmente es el mayor uso de medios digitales para la compra de bienes y servicios. Años atrás, nos enseñaban que pasando un billete o una moneda, teníamos a cambio un bien o un servicio que era valioso para nosotros. Era simple: entrego una moneda, me dan algo a cambio. Hoy, con la irrupción del dinero digital y las tarjetas de crédito / débito, es cada vez más extraño realizar ese intercambio. Ya no hay un intercambio físico entre el comprador y el vendedor. Es sólo una máquina la que te impide comprar lo que quieras y eso hace que gastes más y que la probabilidad de que acumules más deuda aumente. Si a adultos ya formados les genera un impacto relevante en sus hábitos de consumo y gasto, imagina lo que le puede causar a un niño de 5 años, quien no experimenta nunca el “dolor de pagar con billetes y monedas”, por lo que es más probable que le cueste generar un sano hábito de gasto.

Lo que podemos hacer como padres

Como padres preocupados podemos hacer muchas cosas para mejorar los hábitos financieros de nuestros hijos. En esta sección, no queremos dar un plan detallado dependiendo de la edad, porque creemos que el desarrollo de los niños presenta una gran variabilidad, pero si entendemos que hay ciertas habilidades que es mejor aprender antes que después, y por ende, les queremos entregar los mejores tips para ir desarrollando con tus hijos a medida que te des cuenta que ellos pueden ir aprendiendo y comprendiendo de a poco estos conceptos. No olvides que mientras antes desarrollen estos conceptos, mejor para ellos.

Tips para ir desarrollando con tus hijos

Necesitas dinero para comprar cosas

Es importante que tu hijo se dé cuenta que el dinero es necesario para poder comprar bienes y servicios. Mientras antes note este concepto, mejor. Las cosas que compran los padres a través de su celular o con la tarjeta de crédito, tienen un costo monetario asociado. No es simple entender este concepto sin tener una tarjeta de crédito o débito personal, pero lo que podemos hacer para generar este entendimiento es que ellos vean dos cosas: el momento de la transacción y el momento del pago mensual (en caso de utilizar tarjetas de crédito). Con el primero están mostrándole a sus hijos que las cosas que compran tienen un precio y que ese precio debe poder ser cubierto con el dinero que tenemos en la cuenta asociada a esa tarjeta. La segunda opción es un poco más abstracta pero sirve cuando los niños ya son un poco mayores o cuando ya están más acostumbrados al concepto de dinero. Consiste en pagar en presencia de ellos el pago facturado de la tarjeta y comentarles: “en la cuenta corriente de los padres tenemos $100.000 y el cargo a la tarjeta asociado a todas las cosas que compramos es $50.000 por lo tanto podemos pagarlo”. La última opción es que aumentemos el gasto en efectivo cuando estemos en presencia de ellos. Eso es lo más simple de hacer y que ellos entiendan el concepto. Lo óptimo es que ellos paguen el bien o servicio que estamos adquiriendo al frente de ellos.

Que entiendan que el dinero viene del trabajo

Uno de los conceptos más relevantes que tienen que ir aprendiendo desde pequeños tiene que ver con que hagan la relación entre el fruto del trabajo con la recompensa que puede tener en términos monetarios. Por algo tenemos el clásico “el dinero no viene de los árboles” (una demostración más que la sabiduría popular es más que nada sabiduría sin apellido). A medida que van creciendo, los niños tienen que entender que el dinero que permite comprar cosas y satisfacer necesidades en la familia proviene del trabajo que los adultos están haciendo cada día que van a la oficina o por medio de la empresa en la que están formando. Esta relación se puede enseñar tan pronto como creas conveniente con tus hijos, pero normalmente a los 5 años ya pueden comprender ese tradeoff entre algo costoso (el trabajo) con una recompensa. El entender bien este concepto tiene implicancias más profundas que sólo las destinadas al manejo del dinero, y eso es algo que me imagino que cualquier padre quiere fomentar con sus hijos.

Que hay una diferencia entre las cosas que queremos y las cosas que necesitamos

Una vez que ya entiendan estos dos conceptos anteriores, es posible pasar a diferenciar entre la necesidad de querer bienes o servicios junto a demandar bienes o servicios que necesitamos para tener una buena calidad de vida. Este concepto de querer versus necesitar es algo que deben ir desarrollando para poder después manejar un presupuesto. Si no lo internalizan, al momento en que no tengan una restricción presupuestaria muy importante (por ejemplo, con su primera tarjeta de crédito, donde además no deben desembolsar dinero en el acto de comprar) puede tener efectos devastadores (y no estoy exagerando) en su calidad de vida futura.

¿Cómo podemos desarrollar este manejo entre estos dos conceptos? Hay varias maneras, pero las que más hemos utilizado como padres con los nuestros (de 7 y 5 años) son dos: llevarlos a comprar con un presupuesto en mente y enseñándoles con nuestro ejemplo. Con respecto al primero, es el más simple. Cada vez que vayan a comprar con ellos, muéstrenle dos opciones de compra: algo que sea una necesidad (agua, comida, ropa… lo que sea que en ese contexto sea una necesidad) y algo que sea muy bueno para tener pero que no sea una necesidad bajo ese contexto. Sirve mucho ocupar dos productos distintos en categorías similares. Por ejemplo: en el supermercado, vayan a la sección de aguas y bebidas y muestren las dos opciones entre una botella con agua común y una bebida. Las dos sirven el mismo propósito pero una de ellas es más necesaria que la otra. Ojo! Esto no quiere decir que sólo compren el agua y no la bebida, pero para este ejemplo, una de ellas es necesaria mientras la otra es “un lujo”. Con respecto al segundo punto, cada vez que puedan y se vean enfrentados al mismo tradeoff con sus hijos en el supermercado o en cualquier otra ocasión, comenten en voz alta la diferencia entre algo que necesitan y algo que les gustaría tener pero que eligen postergar su consumo, dado que no es necesario en ese momento. Que sus hijos tengan clara esa diferencia les va a permitir manejar un presupuesto, luego de adquirir los hábitos saludables de educación financiera que tenemos que ir desarrollando en la siguiente sección.

Desarrollar hábitos: Ganar, ahorrar, invertir, gastar y donar dinero

Los grandes hábitos que están aquí desarrollados son los que más exposición tienen al momento de enseñarle a los niños. Instituciones financieras grandes en EE.UU., como Prudential, han desarrollado programas de enseñanza para niños entre 7 a 12 años (Cha-Ching) y entidades gubernamentales también han hecho lo posible para enseñar esos mismos hábitos (Washington Department of Financial Institutions). Productos comerciales (ver en Amazon) tratan de explorar los mismos cuatro conceptos. En el fondo, si tus hijos aprenden estos hábitos mientras son más pequeños, más fácil será para ellos llevar adelante una vida financiera más tranquila.

  • El concepto de ganar dinero es algo que ya deben ir desarrollando con los tips anteriores. El hecho de que ya comprendan que el trabajo o una empresa propia es lo que genera dinero y que el dinero no proviene de los árboles, es algo que deben ir conociendo conforme van creciendo.
  • Para que manejen el concepto de ahorrar dinero, lo mejor es que sea algo visual, que vean cómo va creciendo la cantidad de dinero que van ahorrando. Es por esto que los productos que tratan de incentivar estos comportamientos normalmente son trasparentes. En caso de que sean digitales, el componente gráfico es muy relevante (ya detallaremos el ejemplo de una app en U.K. llamada GoHenry)
  • Para el hábito de invertir es más que necesario que tengan un poco más de comprensión de cómo funcionan los mercados financieros, y eso normalmente se genera en edades un poco más maduras. Lo relevante es que puedan entender que todo lo que pueden invertir puede ir hacia arriba o hacia abajo en valor y por lo tanto hay un riesgo. Esto no quita el hecho de que ustedes como padres pueden utilizar instrumentos financieros para comenzar a ahorrar en nombre de sus hijos, utilizando el tiempo a su favor, que en 20 – 25 años más puede ser un activo financiero relevante para sus niños. Lo importante es que sus hijos aprendan que el dinero puede ir generando rentabilidades con el tiempo y que eso puede ser positivo o negativo y que van a ir invirtiendo en mercados financieros conforme vayan creciendo.
  • Para el concepto de gastar dinero, lo que queremos es que vayan identificando cosas que necesitan versus cosas que quieren, y eso (si han ido leyendo desde el inicio al fin de este post) es algo que ojalá puedan ir desarrollando con anterioridad.
  • Finalmente, el hecho que puedan donar dinero es algo que les ayuda a entender el impacto que pueden generar con el dinero que manejan. No todo en la vida puede ser acumular, sino que hay una parte de esa recompensa por el esfuerzo hecho que puede ir a ayudar a gente que lo necesita más, y que por diversas razones, se puede beneficiar por la donación directa de sus hijos. En Chile hay muchas oportunidades para que nuestros hijos puedan ver el efecto directo de la donación.

Manejar un presupuesto

Con todos estos conocimientos, y a medida que tus hijos van creciendo, se hace más imperante la necesidad de aprender a manejar un presupuesto. Si han ido aprendiendo los hábitos antes mencionados, al momento de manejar una restricción presupuestaria, van a poder diferenciar las cosas que realmente necesitan versus lo que les gustaría tener y así podrán ceñirse a un presupuesto. La edad indicada, como todo lo que hemos ido comentando en este artículo, depende mucho de la madurez de tus hijos, pero normalmente se genera una “mesada” y con eso se compran bienes y servicios con esa restricción cerca de los 8 ó 10 años, que es cuando ya pueden conceptualizar de mejor manera números y precios. Otra forma de ejercitar este hábito es el de entregarles, aún cuando son pequeños, un billete para que compren algo y que ese billete sea el presupuesto que tienen para comprar. Con eso, ya pueden manejar un presupuesto en un plazo corto (una tarde, por ejemplo), pero que les va a servir como ejemplo cuando luego tengan que matear un presupuesto semanal o mensual.

Mentalidad emprendedora para que puedan aumentar sus ingresos

Otro hábito que los niños deben desarrollar cuando ya están entrando en el rango de 8 a 10 años (aunque como siempre, mientras antes mejor) es el desarrollo de la mentalidad emprendedora para aumentar sus ingresos. En los tiempos en los cuáles las carreras profesionales son cada vez más complicadas en términos de estabilidad en el trabajo, y donde se experimentan cada vez más cambios respecto al potencial campo laboral, siempre es bueno que tus hijos puedan desde ya desarrollar la mentalidad de que para poder generar más ingresos se puede crear un modelo de negocios escalable, que solucione problemas que el mercado está dispuesto a pagar por solucionar y que para hacerlo se necesita una idea y una implementación. Como todos estos últimos conceptos, mientras antes se haga mucho mejor, pero también es importante que los niños entiendan conceptos un poco más abstractos que los que han ido desarrollando anteriormente. Partir de a poco siempre es la mejor manera de lograr el objetivo: cortar el pasto de los vecinos o instalar un puesto de helados en el barrio son siempre las mejores opciones para que entiendan el concepto de trabajo independiente, de precios de venta, márgenes, publicidad, etc.

Desarrollar ciberseguridad

Finalmente, dadas las condiciones de mercado actuales y que el dinero circulante va a seguir bajando términos de demanda, siempre es importante que nuestros hijos desarrollen el concepto de ciberseguridad. Cercanos a los 12 – 15 años van a poder tener acceso a instituciones financieras que permitirán abrir una cuenta vista a nombre de ellos. Al mismo tiempo, muchos ya van a tener acceso a smartphones o tablets con los que podrán tener internet. Es extremadamente importante que además de manejar el tiempo que pasan frente a una pantalla, como padres podamos enseñarles el valor de la seguridad en internet. Cuando comiencen a trabajar van a tener acceso a una tarjeta de crédito y a una cuenta corriente con lo cual podrán comprar lo que necesiten por internet. Deben aprender, por lo tanto, el valor de manejar sus contraseñas de manera segura, de no comprar en sitios que no sean confiables y de no compartir nunca los datos personales ni de sus activos financieros con el resto de las personas. Mientras antes entiendan ese concepto, mejor.

Las pocas opciones en el mercado latinoamericano

Hay pocas opciones en el mercado latinoamericano para poder enseñar hábitos financieros a nuestros hijos. En Reino Unido existe GoHenry, que es una app que enseña educación financiera a niños desde los 6 años hasta los 18 y que permite, entre otras cosas, entregar una tarjeta de débito a tus hijos con la cual podrán realizar compras en tiendas físicas y online, recibiendo una mesada de manera automática o cuando realicen actividades pagadas (“chores“), fijar límites de gastos desde una cuenta de padres y ayudarlos a ahorrar, invertir, ganar y gastar su dinero de manera responsable. En Latinoamérica, pudimos encontrar un ejemplo de una startup que está tratando de solucionar el mismo problema: Mozper en México, con un modelo muy similar a GoHenry pero sin edad mínima para comenzar.

Como pueden ver, en el mundo están apareciendo varias opciones para poder enseñar estos conceptos con nuestros hijos, pero lo más importante (más allá de las herramientas que piensen en utilizar) es que comiencen desde antes a desarrollar estas habilidades que luego serán tan importantes en la vida cotidiana de sus niños. Lo relevante es que adquieran los hábitos que les permitirán ser exitosos en el manejo del dinero.

Tarjeta de Crédito vs Línea de Crédito parte 1

Tener una cuenta con un banco es, básicamente, contratar un servicio. El servicio que te ofrece el banco es 1) guardar tu plata de forma electrónica (para no tener un fajo de billetes en la billetera…. te lo podrían robar o podrías gastarlo en puras tonteras sin darte cuenta), 2) Mantener tu plata segura y 3) es como la llave de entrada para acceder a muchos otros servicios que ofrece un banco. Estos servicios son que puedes pedirles plata prestada (a cambio de un interés), o que puedes prestarle plata a ellos (también, a cambio de un interés). Las deudas a través de tarjetas de crédito, línea de crédito o crédito de consumo son, entonces, un servicio extra que consiste en pedirle plata prestada al banco.

Hay dos tipos de cuenta a tener en consideración. La cuenta vista te permite solamente acceder a los servicios 1 y 2, mientras que la cuenta corriente te permite acceder a todos estos servicios. Las cuentas corrientes, por definición, están asociadas a algún tipo de crédito. Es decir, puedes gastar más plata de la que tienes, siempre y cuando no te pases de algún monto pactado previamente con el banco (por ejemplo, el tope de tu tarjeta de crédito o de tu línea de crédito).

El negocio de los bancos no es guardarte la plata, sino prestarte plata. Entonces, el banco prefiere mil veces que tú tengas una cuenta corriente a una cuenta vista, ya que probablemente terminarás usando algún tipo de deuda. SIEMPRE y CUANDO el banco te vea como una persona con probabilidades de pagar sus deudas. Por eso, la mayoría de los bancos sólo le da cuentas corrientes a personas que tienen de ciertos ingresos para arriba.

En las cuentas corrientes hay dos alternativas de endeudarse, que son absolutamente independientes entre sí. En ninguna de ellas necesitas papeleo o tramitación.

  • Tarjeta de Crédito
  • Línea de crédito

Diferencias entre la línea de crédito y la tarjeta de crédito:

  1. La línea de crédito solamente puedes usarla cuando te quedaste con $0 pesos en tu cuenta corriente. Por eso se suele decir que la Línea de Crédito es un recurso de emergencia. La tarjeta de crédito en cambio la puedes usar cuando quieras. De hecho, tiene físicamente otra tarjeta asociada (la tarjeta de crédito). Es una herramienta menos de “emergencia” y más para hacer gastos cuando no quieres pasar a llevar la plata de tu cuenta corriente
  2. La línea de crédito genera intereses todos los días, y la tarjeta de crédito genera intereses solamente a fin de mes. Esto significa que, en la práctica, es mucho menos conveniente endeudarse con línea de crédito que con tarjeta de crédito.

Acá va un ejemplo numérico: Supongamos el el día 20 del mes te quedas sin plata en tu cuenta corriente y debes hacer un pago de $500.000.

Si los pagas con tu línea de crédito, al día siguiente deberás $500.000 más los intereses (que en mi banco son aproximadamente de 0,9% diario): $500.451. Supongamos que no pagas esto hasta el 1º del mes siguiente. Así que al día siguiente deberás los $500.451 más los intereses, y así sucesivamente. El primer día del mes siguiente deberás $504.983.

Si pagas con tu tarjeta de crédito y pagas antes de fin de mes, deberás sólo los $500.000 que pediste. La tarjeta de crédito tiene una fecha de facturación y sólo cuando alcanzas esa fecha te empiezan a cobrar intereses (ojo aquí, que la fecha de facturación no necesariamente es el 31- puse esa fecha acá para hacer el ejemplo más fácil- en tu portal del banco puedes averiguar cuándo es la tuya).

Estas diferencias no se ven tan brígidas, pero claramente es siempre más conveniente pagar con tarjeta de crédito. Además, si se te olvida pagar la línea de crédito, vas a ir acumulando intereses que podrías perfectamente evitar. Al respecto, muchos bancos ahora te permiten activar una opción automática, en la que la línea de crédito se paga apenas te entra plata. Se activa desde la misma página Web.

Las tasas de interés de ambos instrumentos igual son dignas de considerar, en mi banco, la de mi tarjeta de crédito es 2,15% mensual y la de mi línea de crédito es 2,78%. Esta diferencia no es menor. Si lo llevamos a términos anuales, la tarjeta de crédito cobraría 29% de intereses y la línea de crédito cobra 39%… 10% más!

Agregaría como última diferencia que hay cosas que se pueden pagar con la tarjeta de crédito y no con la cuenta corriente (así que no existe la posibilidad de que las pagues con la Línea de Crédito). Esto aplica a compras en el extranjero o en algunas tiendas que sólo aceptan tarjetas de crédito.

Los invito a continuar con esta columna aquí, donde revisamos varias preguntas frecuentes!

Tarjeta de Crédito vs Línea de Crédito parte 2

Preguntas frecuentes

Continúo acá con algunas preguntas frecuentes. Para ver el primer post, donde explico cómo funciona cada una y sus diferencias, dale click aquí.

Es bueno tener una tarjeta de crédito?

¡Depende! El crédito es una gran herramienta. Si pudieras comprar cosas sólo con la plata que tienes en el bolsillo, no podrías comprar cosas “medianas” para ti y para tu casa. Como por ejemplo, un celular (ok, quizá puedas comprarlo con tu plata del bolsillo pero ahí te quedas corto todo el mes y caes en el riesgo terrible de la Línea de Crédito), una aspiradora, una tele, cosas así.

Si eres consumista, es peligroso tener y usar una tarjeta de crédito. Hay como un efecto medio psicológico, y se debe a que en la tarjeta de crédito no es tan intuitivo ver en la página web qué compraste y cuándo (y si ya lo pagaste). Así que, por lo menos a mí, me da en algún momento una sensación de “ya filo, voy a seguir gastando, y de ahí veo si alcancé mi presupuesto”. Esto es peligroso. Si el tope de tu tarjeta es de 1 millón, peligrosamente puedes llegar a pensar que tienes un millón para gastar. Y no es así. No es tu plata, es del banco.En mis momentos de más irresponsabilidad, prefería pagar con la tarjeta de crédito en vez de la de débito por puro que no quería ver en mi página del banco esos gastos (y fingir que no existían). Mi solución fue esconderlas, dejarlas en mi casa en un cajón. Actualmente las uso cuando he comprado pasajes, cosas para mi casa, en fin. 

Hay gente que las usa para todo, incluso para sus compras pequeñas del día a día. Esto tiene su inteligencia detrás, y es que cuando haces compras con las tarjetas te acumulan “puntos” del banco, que después puedes usar para acceder a beneficios. Hay gente muy winner que es experta en este sistema, usa la tarjeta para todo, y luego paga su deuda a final de mes, así que no paga intereses. A mi no me sirve, por lo que les decía antes. Me pongo consumista y empiezo a caer en la ilusión de que son gastos “que no ocurrieron”. Sería bakan poder acumular esos puntos o kilómetros lanpass, pero no sirve para mí.

(Los bancos saben como es una, por eso ofrecen estos puntos, para incentivarte a usar la tarjeta de crédito. Así que si puedes resistir la tentación y lograr ser ordenado con las lucas a pesar de usar la tarjeta de crédito, puro hazla y gánale al sistema)

¿Es bueno usar la línea de crédito?

La línea de crédito salva mucho. Si tienes que hacer un gasto sí o sí, pero ya no tienes plata en tu cuenta corriente, puedes pagarlo con línea de crédito y “comerte esos intereses” hasta que vuelvas a tener plata. El escenario ideal acá es que falta poco para que te paguen tu sueldo, o falta poco para que te lleguen lucas de algún proyecto en el que trabajaste. Estoy hablando de: tuviste que pagar el médico, algo básico del supermercado, un servicio que necesitaste, el sueldo de alguien que trabaja para ti. Cosas que en verdad no puedas evitar.

Un cambio reciente en muchos bancos es que la línea de crédito se paga automáticamente cuando te entra plata. Así que, no todo es TAN malo.

¿Por qué alguien preferiría usar línea de crédito en vez de tarjeta?

Si tienes la mala suerte de que ya tienes tu tarjeta de crédito copada, puedes seguir con tu línea de crédito. Esto es meterse un poco en un espiral, demás está decirlo. Esto es recomendable sólo en caso de emergencias. 

Ahora, voy a decir algo polémico y contrario a mi propio consejo. Mi sistema de organizar mis lucas es tal que los días 26 de cada mes me “pago sueldo” (yo trabajo freelance, así que me pago mi propio sueldo). Tengo dos cuentas, en una guardo la plata que gano, y en la otra me pago mi sueldo. Si estoy a 24 y se me acabó la plata y me quiero tomar un café, uso mi línea de crédito. Digo QUE TANTO, cómo me voy a cagar con un café. Recuerden que yo tengo mis tarjetas de crédito escondidas en mi casa. Así que prefiero gastarme máximo 5-10 lucas en cosas chicas durante esos días y pagar intereses altos, antes que andar con las tarjetas de crédito en la billetera y andarme tentando. Hay gente más extrema. Felipe, mi marido, cuando le hablé de este artículo, me dijo que el prefería no tomar café ni comer ni nada antes que pasarse a su línea de crédito. Creo que cada uno tiene que buscar su equilibrio. Si te consideras tentado e “irresponsable” con las lucas, te recomiendo un enfoque más del tipo Felipe. 

¿Puedo NO tener línea de crédito? 

Cuando abrí mi primera cuenta corriente y supe qué era la línea de crédito, quise al tiro que me la quitaran, para nunca caer en ese hoyo negro. Me dijeron que NO SE PUEDE. Siempre tienes que tener una línea de crédito. ¿Por qué? Por que de esos viven los bancos, no de guardar tu plata, si no que de prestarte plata (ahí se ganan la tasa de interés). Peor aún, resulta que todos los años tienes que pagar un monto más o menos grande por el “derecho” de tener un línea de crédito. En el caso de mi banco y de mi línea de crédito, son como 10 lucas (hay una serie de gastos fijos asociados a tener línea de crédito. También, tema para otro artículo). Ahora que me puse a investigar, dice en algunos bancos que SÍ SE PUEDE, y que debes consultarlo con tu ejecutivo o ejecutiva de cuenta.

¿Es bueno usar crédito de consumo?

La filosofía es similar a la de la tarjeta. Es una herramienta para acceder a cosas que necesitas, y que no podrías pagar con plata del bolsillo. Es más, son cosas grandes. Así que tampoco podrías pagarlas con tu tarjeta o tu línea. Hablamos de una casa, un auto, una operación, una inversión en tu nuevo emprendimiento, ir a estudiar afuera. Las tasas dependen un poco de cuánta plata estás pidiendo, en cuánto tiempo quieres pagar y cuántos meses de gracia quieres tener antes de pagar la primera cuota. Por suerte, en la mayoría de los bancos hay una sección en la cual puedes simular tu crédito de consumo.
Un uso bueno para los créditos de consumo es ordenarte cuando tienes deudas por todos lados, con distintas tarjetas y en distintos plazos. Esto amerita otro artículo aparte.
Nuevamente, estas cosas dependen y son diferentes para cada uno, la decisión depende de cómo es uno en términos de disciplina y de “engañarse a uno mismo”, y obviamente, la decisión depende de cómo es tu flujo de ingresos y de gastos.

Ustedes, ¿cómo usan su tarjeta de crédito? ¿Tienen reglas y cábalas raras? (como mi regla de esconderla). ¿Caen habitualmente en la línea de crédito? ¿Cuál es su conducta más irracional en lo que respecta a endeudamiento?